Las seis prácticas del nivel introductorio funcionan como una unidad, que generan un giro de 180˚ en la dirección que vamos en la vida. El ser capaz de regular la manera en que nos sentimos, regular el nivel de vitalidad en que estamos, saber cómo establecer metas claras y cómo lograrlas, son el comienzo de vivir poderosamente.
Todo lo que hacemos depende de nuestro estado mental. Las prácticas del nivel introductorio, si se llevan a cabo cotidianamente, entre tres a seis meses, desarrollan una personalidad encaminada, más segura de sí misma, ancha de mente y capaz de fluir con los cambios que la vida presenta. El practicante desarrolla la capacidad de practicar, aunque no tenga ganas en ese momento, porque lo que quiere es más importante y genera más bienestar que el descanso o la pereza.
Gradualmente, la persona va desarrollando las bases de experiencia y entusiasmo para asistir a otros a ser felices.